El abadista de ese lugar, llevó a esta iglesia, un puño de tierra santa desde Israel, lo cual provocó que muchos creyentes quisieran reposar en ese santuario, después de su muerte, a causa de los milagros atribuidos a la tierra santa, fue tanta la demanda, que más de 40 000 personas, de última voluntad, eligieron ser sepultadas en el cementerio aledaño a la iglesia. Eran tantas personas, que a causa de no intervenir en su ultima voluntad, los encargados se las ingeniaron para que todos esos fieles descansaran en ese lugar, con mucha imaginación, pero también produciendo algo muy macabro. Se decoró la iglesia con los huesos de los creyentes.




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